lunes, 30 de noviembre de 2015

30 de Noviembre - Día Internacional de la Lucha contra los Trastornos Alimenticios.


Los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) son alteraciones del comportamiento en relación con la alimentación en respecto con la ingesta y eliminación de los alimentos para evitar cambios en el peso y obviamente, en el cuerpo por la idea de permanecer siempre delgados. Existen muchos tipos de trastornos en lo que respecta a la conducta alimentaria, entre lo más conocidos se encuentran la anorexia y la bulimia nerviosa, ortorexia, comedor compulsivo y vigorexia.
  • La anorexia es caracterizada por un intenso miedo a aumentar de peso y se evita a toda costa un peso corporal saludable. Se disminuye el considerablemente el peso sin causa aparente y la disminución de la ingesta de alimentos genera un gran deterioro de la salud; se tiene una imagen distorsionada y no cuenta con valor propio.
  • La bulimia consiste en atracones de comida seguidos de conductas que lo eliminen lo que ingirieron con purgas (principalmente). Este trastorno también es caracterizado por el miedo a engordar pero es guiado por la pérdida de control en el momento de la ingesta de alimentos. La obsesión por tener una imagen “perfecta” genera cambios de humor, baja autoestima, desmotivación y depresión entre otras cosas.
  • La ortorexia es un trastorno que se caracteriza por tener una alimentación selectiva. Se incorporan alimentos “sanos” hasta llegar a ser únicamente orgánicos aquellos alimentos que se ingieran. Este trastorno podría llamarse una etapa previa a la anorexia ya que se inicia por querer cambiar el régimen alimentario; este trastorno va acompañado de “rituales” para evitar que los alimentos se contaminen, tales como comer con cubiertos metálicos, etc.
  • Comedor compulsivo: son personas que sin orientación de un profesional en nutrición, clasifican los alimentos en “buenos” y “malos” o en base a las calorías que contienen. Esta conducta también es previa a la anorexia.
  • Vigorexia: Es una alteración de la conducta alimentaria en la que es prioridad conseguir un físico atlético que guste para el sexo que le atrae a la persona. También es llamada “Complejo de Adonis”; estas personas suelen utilizar substancias sintéticas sin indicación médica.


El mundo entero puede leer sobre este tema, la información está a la mano de cualquier persona que tenga una computadora y acceso a internet, pero realmente, para conocer de este tema existen 3 maneras:
  1. Convivir con personas que padecen de estos trastornos día y noche, sea un familiar o un amigo.
  2. Ser un especialista en el tema: psicólogos, nutriólogos, psiquiatras, médicos, enfermeras, etc.
  3. Ser un enfermo (consciente o no de ello).
Esta sociedad nos está orillando a tomar decisiones extremas para encajar en un molde de perfección que realmente nadie cumple; los estándares de perfección en las redes sociales y medios de comunicación estipulan que una persona delgada será exitosa y quien no tenga ese físico “envidiable” no será nada en el mundo. 

Ser parte de este mundo no es fácil, y lo digo con la mano en el corazón: ni a mi peor enemigo le deseo que conozca este infierno. Lo que se vive no es vida, es como una rutina de ayunos, purgas, vómitos, atracones, depresiones, llanto y pérdidas de intereses; se pierden las ganas de vivir, comienzas a depender de los números que marca una báscula que jamás serán suficientes. Poco a poco, las ganas de vivir se reducen a nada, atraes a la muerte lenta y dolorosamente, le das la mano y caminas con ella en una cuerda floja, te lastimas a ti misma tanto física como mentalmente, lastimas a las personas que te rodean y aunque ellos te digan que vales mucho, tu sientes que ya no vales nada, sientes que es preferible morir que pesar un gramo más de un peso mínimo PARA NADA saludable. 

Vivir dentro de los trastornos alimenticios es un infierno sí, del cual (desde mi punto de vista) no puedes salir, te mantienes en terreno neutral pero nunca lo abandonas. Tu cuerpo se acostumbra tanto a los pensamientos de que comer es malo, comer engorda, comer mata, que no ves realmente que lo que te mata es dejar de hacerlo, te mueres lentamente y contigo muriendo, te llevas a tus seres queridos, a esas personas que darían la vida por ti, que moverían el cielo, los mares, las tierras y el mismísimo infierno por sacarte de ese dolor, por sacarte esas enfermas ideas de la cabeza. 

Vivir con un trastorno no es vivir. Aceptarlo es el acto más heroico que puede hacer una persona enferma, pedir ayuda es la mejor decisión, aceptar esa ayuda es solo el principio de una vida plena. 

“Daría lo que fuera por verte sonreír, sanar el dolor de tu corazón pero sobre todo, quiero que sepas que comprendo lo que sientes y que yo jamás te abandonaré…”

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